sábado, 8 de septiembre de 2007

El Cuervo • Edgar Allan Poe (1845)





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Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo. Aún sigue posado en el pálido busto de Palas, en el dintel de la puerta de mi cuarto. Y sus ojos tienen la apariencia de los de un demonio que está soñando. Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama tiende en el suelo su sombra. Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, no podrá liberarse... ¡Nunca más!

1 comentario:

Anónimo dijo...

La primera (Dore) y la tercera son las mejores. Excelentes ilustraciones. Este es uno de los mejores poemas de Poe junto con ¨El Gusano Conquistador¨